Dentro de la serie “Entrevistas a Expertos” hoy tenemos a: Encarna Leal Pérez Abogada y mediadora. Especialista en derecho de familia, menores y violencia de género y doméstica. Máster en Mediación familiar, escolar, penal, civil y mercantil. Máster en Programación Neurolingüistica. Experta en coordinación de parentalidad. Formadora en colegios profesionales y universitarios. Es miembro de la Comisión Ejecutiva de la Sección de Mediación del ICALI. Profesora de la Escuela Española de Mediación y Resolución de Conflictos. Forma parte de la Corte Privada de Mediación y Resolución de Conflictos, y a Manuel López Espino Psicólogo Clínico por la Universidad Complutense de Madrid. Máster en PNL en 1992 por The Proudfoot School of Hypnosis & Psychotherapy. Docente en prevención y gestión de estrés. Ponente en dinámica para la resolución de conflictos. Experto en intervención en situaciones de estrés. Experto en mediación y resolución de conflictos. Profesor de la Escuela Española de Mediación y Resolución de Conflictos.
Con ellos queremos en esta entrevista abordar interdisciplinarmente la resolución alternativa de conflictos desde la óptica de una abogada y un psicólogo:
DDM: Ustedes son expertos en Programación Neurolingüística PNL. ¿Cómo se utilizan estas herramientas y para qué sirven?
MLP: Las herramientas más importantes de esta corriente son la comunicación verbal, no verbal y la escucha activa, para poder enterarnos totalmente de la problemática que presenta cada persona y poder utilizar la comunicación más adecuada a sus capacidades con el objetivo de conocer perfectamente qué nos quiere transmitir y poder generar una empatía con él. En el momento en que la persona llega a nuestro despacho, nuestra postura física, nuestro tono de voz, nuestra mirada, cómo le decimos donde se tiene que sentar, cómo le damos la palabra y cómo escuchamos nosotros, son aspectos de vital importancia para que la comunicación con él sea efectiva.
ELP: Como bien dice Manuel, es muy importante que entendamos qué nos quiere decir la otra persona para que la resolución de su problema se pueda hacer de la manera más adecuada. Con las herramientas que nos proporciona la PNL, podemos entender perfectamente lo que la persona necesita y ayudarle a verbalizar lo que hay en su interior y a veces no consigue expresar en palabras.
Para resolver un conflicto con otra persona, primero tenemos que entendernos a nosotros mismos y comprender realmente cuál es el conflicto para poder así entender al otro y resolverlo. La PNL nos da como hemos visto herramientas estupendas para tal fin.
DDM: En procesos de mediación ¿Cual es el perfil psicosocial de los menores y adolescentes?
MLE: No hay un perfil definido, todas las personas en un momento determinado sea cual sea nuestro perfil, cultura o nivel económico podemos tener un problema o un conflicto y necesitar resolverlo. En los menores y adolescentes ocurre lo mismo. Ahora bien las personas con inestabilidad emocional, económica y afectiva, son más propensas a entrar en conflicto y a que se puedan dar ver inmersas en situaciones de violencia filio parental. Por supuesto tendremos que tener siempre en cuenta que el joven no tiene una patología psíquica que nos explique su comportamiento conflictivo, ya que en este caso, el abordaje sería con terapia y no con la mediación o cualquier otro proceso de resolución de conflictos.
ELP: Desde el punto vista jurídico es muy importante cuando nos encontramos con conflictos en los que los protagonistas son los menores y adolescentes, como pueda ser una violencia filio parental o de cualquier otro tipo, que no exista una patología psíquica, ya que en ese caso, debe remitirse al menor a que sea diagnosticado y tratado por el equipo psicosocial. En estos casos no podrá realizarse una mediación o conciliación porque no se daría uno de los elementos principales de dicho proceso, que es la igualdad. No obstante, en los demás casos en los que no exista patología, sí se podrá realizar una mediación y resolver el conflicto sin ningún problema.
DDM: Esta pandemia trae consigo una serie de nuevas situaciones psicológicas: pánico, temor y ansiedad. ¿Cómo se trata estas situaciones en el proceso de conciliación?
ELP: Las situaciones de pánico, temor, ansiedad y estrés sufridas en la pandemia han incrementado en muchas ocasiones los conflictos en las familias, que han estado confinadas durante muchos meses. La capacidad de reinvención del ser humano y de adaptación a las adversidades, nos han hecho capaces de introducir y manejar con mayor eficacia la tecnología y de comunicarnos a través de plataformas y videoconferencias con los demás. Por esto es posible que se hayan podido realizar mediaciones y conciliaciones on line para la resolución de estos nuevos conflictos, lo que nos ha abierto un campo estupendo con estas herramientas tecnológicas. La pandemia ha ofrecido una oportunidad de aprendizaje y evolución fantástica.
MLE: Estoy de acuerdo contigo Encarna, siempre que a los seres humanos se nos aísla y se nos quita la libertad, salen nuestros instintos más primarios como la violencia, la ira, el egoísmo que nos llevan siempre a conflictos con los otros seres humanos que tenemos alrededor, por lo que es normal que en esta pandemia se hayan vivido situaciones difíciles que en la vida “normal” no hubieran ocurrido nunca. Cuando estas sintomatologías llegan a un grado extremo, no dejan que podamos realizar una mediación o conciliación ya que es fundamental que la persona escuche y pueda verbalizar todo lo que le ocurre encima de la mesa.
DDM: Volviendo a la PNL, una comunicación eficaz o hablar en positivo, ¿se consigue con un entrenamiento?
ELP: Nuestro cerebro, no entiende el “NO” y por eso cada vez que a alguien le decimos que no haga algo, lo primero que piensa su cerebro es en hacerlo. Pensemos por ejemplo en cuando le decimos a un fumador que no fume, siempre le apetece fumar. Es por tanto más efectivo hablar en positivo y desde el “SI”, por ejemplo en lugar de “No Fumes” decirle “Cuida tu salud”. Hablar en positivo se consigue con un entrenamiento y repitiendo y repitiendo. Cuando repetimos durante 20 días una conducta se convierte en un hábito y si lo hacemos 30 días se ancla dicha conducta. Podemos probar a poner el despertador a las 6 de la mañana durante 20 días y al final nos despertamos sin él. Con la comunicación ocurre lo mismo. Si practicamos nuestra comunicación en positivo, al final anclaremos esta manera de hablar y nuestro mensaje será más efectivo.
MLE: Todos los seres humanos podemos entrenar nuestra comunicación, ya que no nacemos con los mecanismos más correctos ni físicos ni motores ni lingüísticos. De la misma forma que a un corredor se le entrena para hacer los movimientos más correctos para obtener la máxima velocidad, a un conferenciante se le enseñan las mejores técnicas para transmitir la información de forma más nítida a sus receptores. Tengamos siempre en cuenta que la parte negativa genera agresividad y la parte positiva todos los seres humanos la aceptamos y la entendemos aumentando nuestra capacidad receptora.
DDM: ¿Cuáles son los pasos para lograr una Comunicación no violenta (CNV) o empática?
MLE: Desde mi punto de vista, la interpretación de la comunicación del otro es lo que realmente puede llevarnos a la violencia ; quiero decir, hasta que no entendamos perfectamente lo que la otra parte quiere comunicarnos y transmitirnos, es bueno no cerrar nuestro proceso de entendimiento , de esta forma evitaremos las malas interpretaciones que nos llevan a la agresividad. Por eso considero que la PNL nos aporta la escucha activa que es el mejor mecanismo para entender, racionalizar y evitar la violencia.
ELP: Exacto Manuel, es muy importante no interpretar la comunicación de la otra persona. Para conseguir una comunicación no violenta debemos tener en cuenta 4 pasos: En primer lugar escuchar, como dice Manuel, empáticamente y sin interpretar, únicamente hechos objetivos de lo que escucho y veo. En segundo lugar, prestar atención a cómo me siento con lo que escucho y veo y cuáles son las emociones que me provoca; en tercer lugar, qué necesidades hay en dichas emociones: qué es lo que yo necesito realmente; y por último, una vez tengo claro estas emociones y necesidades, pedir al otro lo que quiero. Si nos comunicamos con el otro desde nuestras emociones y necesidades sabremos pedir lo que queremos de manera eficiente y empática.
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