Casi todos los que vamos a la peluquería, estamos al tanto de las últimas frivolidades de los personajes más ricos de Hollywood, por medio de la prensa del corazón.
Quién renunciaría a un buen masaje de cuero cabelludo, mientras que sumido en un agradable relax, se adentra en el “maravilloso imaginario y lujoso mundo de los famosos”
En esas revistas, nos hacen creer que aquellos que son guapos, ricos y famosos son muy felices. Es como si el hecho de cumplir esos tres requisitos, llevase implícito el resultado de la felicidad.
Y de repente, inesperadamente una de las señoras cubierta con una bata del mismo color que las restantes, con la cabeza llena de papelitos de plata y una revista entre las manos, hace un comentario en voz alta sobre algo que la ha llamado la atención.
A continuación, siempre hay alguien que corrobora esa información, e incluso las hay que añaden aún más, porque en alguna otra revista vio una foto que daba la impresión de que había ocurrido no se qué otra extravagancia.
Y sin darse cuenta nadie, en un momento se organiza una tertulia espontánea entre contertulios desconocidos, que comentan el tema de manera tan familiar, tanto que da la impresión de que se llevaran reuniendo toda la vida.
Personalmente me divierte la experiencia, que se repite inexorablemente con distintas clientas, y que una vez terminadas de peinar, y previa introducción de unas monedas en los bolsillos de las peluqueras, cada cual se despide correcta y distantemente, como si nada hubiera pasado.
Traigo esto a colación, ya que es interesante ambientar el lugar donde me he documentado de una importante noticia que aparentemente pasaba inadvertida, por el contexto que la rodea. Claro que, al encontrarme entre las asistentes, aproveché la ocasión para interpretarla de la manera adecuada desde un punto de vista profesional, aportando de esta forma mi granito de arena, dirigido a la expansión y conocimiento de la mediación.
La noticia es la siguiente:
Angelina Jolie contrata una gestora de crisis para su divorcio.
Como probablemente sabrán todos, incluso aquellos que no van nunca a la peluquería, Angelina Jolie y Brad Pitt, actores americanos guapísimos los dos, tienen seis hijos, algunos biológicos y otros adoptados de diferentes razas.
Han decidido divorciarse y ambos que, en un principio reclamaban la custodia compartida de los menores, parece que no se entienden en este y otros puntos de su divorcio.
Sin entrar en aquello que nos cuentan las revistas, ni las interpretaciones y comentarios que puedan hacer las personas que opinan sobre la noticia, nos encontramos con una información relevante que nos hace sentir empatía hacia este acontecimiento.
Esta pareja que se divorcia (al margen de su famoseo), ha decidido buscar a un profesional imparcial y neutral que les ayude a acercar posturas en favor del bienestar de los niños.
En este caso, lo llaman “gestora de crisis”. Este término que suena distinto a los que usamos normalmente en nuestra profesión, realiza la misma función que el “mediador”.
Angelina Jolie y Brad Pitt están negociando su acuerdo de divorcio de manera privada, al margen del tribunal de Los Ángeles en el que la actriz presentó su demanda el pasado 15 de septiembre.
Los abogados de ambas partes están trabajando después de que Jolie contratara a Judy Smith, una experta en situaciones de crisis.
Esta experta en gestión de crisis lleva 20 años ocupando un segundo plano en las fotos cada vez que se produce un escándalo mediático en Estados Unidos. Su figura se hizo más reconocible durante el caso de Mónica Lewinsky (ex becaria de la Casa Blanca). Desde entonces ha sido fácil reconocerla detrás o al lado de todopoderosos de la política, el entretenimiento o el deporte que se han visto envuelto en serios problemas.
Según Judy Smith, lo primero que hace el mediador es ayudar a las partes en conflicto a identificar el problema, para seguidamente buscar el motivo que está causando dicho problema, y finalmente tratar de resolverlo de forma honesta y pensada.
La responsabilidad de aquellos que resuelven su problema por medio de un acuerdo mediado, pasa por haberlo hecho de forma honesta y profundamente analizada y pensada.
Carmen Cobos, Abogada y Mediadora en AMITY Instituto de Mediación.