Buenos resultados para la Mediación Intrajudicial en La Rioja.

La mediación intrajudicial en La Rioja ha evitado más de 500 juicios desde el 2010

Un grupo de menores entendió que podría ser divertido colarse en un colegio y, tras diversos desperfectos, intentar hacerse con un equipo informático. No lo lograron. Terminaron pintando la valla del centro educativo. Otro menor quiso comprobar si los contenedores arden. Ardió. Él visitó el Parque de Bomberos en donde le hicieron ver qué consecuencias dramáticas podría haber provocado. Son solo dos casos de cómo la mediación intrajudicial (derivada desde la Administración de Justicia) se ha convertido en una alternativa a la Justicia tradicional en la que, dicen quienes se dedican a ello, tanto la reparación de la víctima como el arrepentimiento del infractor son mayores y más intensos.

La mediación intrajudicial funciona en La Rioja desde el año 2010 y atiende casos penales de menores de edad y de adultos, cuestiones vinculadas con el derecho civil, de familia y mercantil. Este año se incorporará la mediación contencioso-administrativa para, así, abarcar todos los órdenes jurisdiccionales. Desde su puesta en marcha, se han derivado al servicio de mediación más de 700 asuntos -delitos menores (hurtos, lesiones, amenazas, injurias), conflictos en comunidades de propietarios, herencias- de los que más de 500 se han cerrado con acuerdo entre las partes involucradas.

El Colegio de Abogados de La Rioja, que a su vez ofrece su propio sistema extrajudicial, apunta que la mediación es un proceso voluntario, confidencial y neutral en el que se intenta obtener una solución válida para ambas partes, «en las que ambos ganan». El servicio intrajudicial, que es gratuito, es prestado en la región por 27 psicólogos, 79 abogados, 11 economistas y 2 trabajadoras sociales que forman equipos de mediación en función del área de que se trate.

A grandes rasgos, y siempre impulsado desde el Palacio de Justicia, cuando los mediadores son designados para atender un asunto concreto conciertan una primera cita con el infractor en la que sondean su predisposición a participar en esta vía alternativa. En caso de ser así, los mediadores contactarán con la parte agraviada con el mismo propósito y, solo en el caso de que ambos estén de acuerdo, comenzará la mediación propiamente dicha, que vendrá a paralizar el proceso judicial hasta que, bien lleguen a un acuerdo que ponga fin al conflicto, bien desistan de la mediación y regresen a los tribunales. En el caso de la mediación con menores de edad, el consentimiento del infractor deja sin efecto el proceso penal y se alcanzará la reparación buscada bien de manera directa, bien de manera indirecta (si la víctima decide no participar).

Verónica Arráiz, psicóloga especialista en mediaciones penales, civiles y familiares, explica que los mediadores son «facilitadores» del acuerdo entre las partes. «El objetivo es que lleguen a un acuerdo, que haya comunicación entre ellos. Por eso nuestra labor fundamental es que se escuchen, que aprendan a escucharse y que entiendan la postura del otro». Maite Ajamil, abogada, insiste en esa idea: «Debe ser voluntad de la partes llegar a un acuerdo. No es la labor del mediador proponer o imponer un acuerdo».

Y en ese diálogo reside lo que Conrado Escobar, consejero de Justicia, entiende que es la «esencia» de la mediación. «En los juicios siempre hay un vencedor y un vencido. Aquí no. En la mediación ganan las dos partes y eso hace que la solución perdure en el tiempo». Esa es, reitera, la idea clave, más allá de que, colateralmente, contribuya en su medida a «descongestionar la administración de justicia» con el añadido ahorro económico que ello supone.

«La solución la deciden ellos y están conformes con lo que han estado hablando», dice Arráiz. Y hay soluciones de todo tipo: contraprestaciones económicas, cursos de habilidades sociales, trabajos en beneficio de la comunidad y cualquier otro con el que la víctima se sienta restaurado y el infractor asuma que, después de sus hechos, es lo menos que puede hacer por su contraparte.

Fuente: larioja.com

 
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