El 27 de noviembre se celebra el Día del Maestro. Esta profesión es tan importante que dejamos parte de la educación de nuestros hijos en manos de ellos, aunque cada vez se lo ponemos más difícil
La conflictividad en el ámbito escolar ha aumentado de manera considerable durante los últimos años. O eso piensan muchos padres. Esto hace que se produzca un deterioro progresivo de las relaciones interpersonales en las escuelas. En muchos casos, el encargado de apaciguar los ánimos es el maestro o profesor, lo que le distrae de su función principal, que no es otra que la de enseñar a sus alumnos. Por ese motivo, el Día del Maestro es necesario para recordar la buena labor que hacen.
Desde el año 2004, en la mayoría de las Comunidades Autónomas, la Administración Educativa ha legislado sobre este tema. Nos encontramos con la obligación, o al menos la necesidad, de que todos los centros de primaria y secundaria diseñen su propio Plan de Convivencia, donde se tienen que encontrar actuaciones concretas de mediación.
Los equipos de mediadores en los colegios pueden variar en su composición. Muchas veces puede estar formado exclusivamente por alumnos, que van rotando en el puesto y actúan cuando ellos lo consideran. Otras veces el grupo de trabajo puede ser mixto, compuesto por alumnos, profesores e incluso personal no docente. La ayuda de profesionales con una formación reglada aumentaría la efectividad.
Resolución del conflicto
Para la resolución del conflicto, primero se debe evaluar, porque quizá no pueda ser tratado con la mediación debido a su gravedad. Una vez se ha evaluado, el equipo que actúa sobre el caso establecerá unas normas de obligada aceptación, sobre las que se escucharán todas las versiones, se investigará el casó y se recopilarán pruebas sin posicionarse a favor o en contra de ninguna de las teorías.
Con todo sobre la mesa, el equipo de mediadores aportará propuestas de resolución de conflictos hasta llegar a un consenso. Cuando se consigue llegar a un punto en común, hay que conseguir un acuerdo que satisfaga a ambas partes. Pasado el tiempo, se volverán a reunir todos para valorar qué ha funcionado y qué no y qué grado de incidencia ha tenido la mediación en el conflicto.