La búsqueda de solución al conflicto laboral en El Prat

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artículos de opinión mediaciónEl conflicto de los trabajadores de Eulen encargados de los controles de seguridad en El Prat ha sido una de las noticias más recurrentes en este verano de 2017. No faltarán mediadores que consideren que, habiéndose optado por la solución arbitral, haya sido ésta una oportunidad perdida de utilización de la mediación. En un escaparate que, además, habría sido inmejorable para extender el conocimiento y la confianza en este medio de resolución de conflictos que tan buenos resultados puede ofrecer. No obstante un vistazo a las circunstancias del caso nos permite ser más optimistas.

En primer lugar es preciso despejar el problema de algunas adherencias que se explican en gran parte por ser un caso tan visible. En un marco conflictual general derivado del movimiento secesionista en Cataluña, no ha faltado quien haya querido ver en esta huelga un oscuro origen conspiratorio para perjudicar a los catalanes y al turismo en Cataluña. Ya se sabe que hay quienes no pierden ocasión para hacer victimismo, en este caso con muy poco respeto a los trabajadores afectados.

Fomento acude al Arbitraje para resolver el conflicto en El Prat

De otra parte, el Gobierno Nacional, desmintiendo al menos aparentemente tales teorías conspiratorias, ha recurrido a la Guardia Civil para prestar ese servicio cuando sea necesario y evitar así las interminables demoras y colas que se estaban generando. Como razones para acudir esta medida extraordinaria se ha alegado el que estos servicios públicos de seguridad en el acceso a las aeronaves resultan esenciales y que afecta al derecho fundamental a la libertad de movimiento. En unas fechas, además, críticas. No obstante el principal partido de la oposición no ha perdido la oportunidad de actuar como tal y atacar la medida, como contraria al derecho de huelga. Se trata ésta de una circunstancia en principio ajena al núcleo del conflicto, pero que no deja de tener gran influencia en el mismo al reducir la capacidad negociadora de los trabajadores, su MAAN o BATNA.

Por último, no ha faltado la polémica de si un servicio de seguridad tan importante puede o no estar externalizado en una empresa privada, como EULEN. Polémica en la que, por supuesto, no vamos a entrar aquí. Porque como hemos destacado, lo primero que requiere el análisis de un conflicto con tantas externalidades es ser capaces de impedir que tantos árboles nos impidan ver el bosque y poder centrarnos en lo esencial.

En este caso no queremos entrar en las razones de unos y otros, trabajadores y empresa, ni en la procedencia o no de las soluciones impulsadas por el gobierno. Lo esencial, al cabo, será cómo se habrá desarrollado el arbitraje y su virtualidad como solución duradera.

Uno de los problemas que tiene la mediación para ser conocida y reconocida como medio idóneo de solución es la dificultad de su comprensión, y no sólo de la opinión pública general, sino incluso entre muchos de los profesionales que intervienen en los conflictos jurídicos. En estos casos, y con ese fin, pueden resultar muy útiles instrumentos mixtos, como el med-arb, el arb-med o las ventanas a la mediación desde el proceso arbitral, que se utilizan cada vez más en los arbitrajes internacionales y que esperemos que empiecen a conocerse aquí.

En este caso no se ha utilizado en puridad ninguno de estos sistemas mixtos que dan protagonismo a la mediación a la vez que aseguran una solución. Pero por fortuna el árbitro escogido, Marcos Peña, tiene experiencia como mediador y conforme a las noticias y manifestaciones realizadas a la prensa, lo primero que ha hecho es sentarse a escuchar con paciencia a cada parte y a sus razones. “Aquí no tiene razón nadie”, han sido sus manifestaciones recogidas por Europa Press, “lo importante es conciliar intereses y ver qué solución puede tener el conflicto”, y añadió que la reunión con el comité de huelga le sirvió para “escuchar, comprender y aprender”. Como puede ver cualquier conocedor, no supone una actitud muy diferente de la que de entrada debe tener cualquier mediador.

No sabemos si muchas técnicas de una buena mediación pueden haber sido utilizadas en ese proceso. Ni si podrá así, en la dificultad de un proceso arbitral formal, restablecerse un diálogo directo entre las partes que supere muchas de las barreras y desencuentros que se hayan podido acumular.

Tampoco sabemos a la hora de escribir estas líneas si el arbitraje conseguirá pacificar en profundidad, y no sólo formalmente, el conflicto, de forma que los trabajadores puedan sentirse reconocidos e integrados en la empresa y ésta a su vez también tratada con equidad. Los obstáculos para ello son importantes, y prueba de ello es que, a la vez que escribo estas líneas, escucho la noticia de la voluntad del comité de empresa de reanudar los paros en septiembre. A pesar de todo ello las pistas de lo que nos llega resultan esperanzadoras. Incluso para la mediación, aunque formalmente no se trate de una.


Fernando Rodríguez Prieto

Fernando Rodríguez Prieto. @FerRPrieto

Notario, árbitro y mediador. Patrono de la Fundación Signum y de la Fundación Hay Derecho.

 

 
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