No desistimos, no nos cansamos, no nos desilusionamos, sino que cada día nos sentimos más fuertes, se nos ocurren más ideas, tenemos más reuniones de aproximación entre colegas.
Los más expertos y los noveles aunamos conocimientos para enriquecer. Intercambiamos sinergias, y proyectamos juntos. Trabajamos con ilusión y seguimos con nuestra formación continua.
Esto ya no tiene vuelta atrás. Más temprano que tarde, las circunstancias dirigen a la mediación hacia el éxito, sencillamente porque “la mediación ya es necesaria”. Enriquece a la justicia, ofreciendo otra forma legal más de las ya existentes, para resolver los problemas en todos los ámbitos de la vida social, y llegar donde los juzgados ya no pueden hacerlo.
Todos los ciudadanos sin excepción, tienen derecho a tener opciones para resolver sus problemas, y es evidente que incluyendo más posibilidades (como es la mediación), estamos ofreciendo más facilidades a las personas y a las empresas.
La sociedad avanza, los tiempos cambian, las necesidades también, y a veces ocurre que los métodos se van quedando trasnochados o necesitan renovación y cambios. En una palabra “adaptación” a la sociedad actual y sus necesidades reales.
Eso es lo que está ocurriendo en España, y a pesar de algunas voces contra la mediación, es cuestión de perfilamiento, matices y regulaciones para que se instaure y se quede definitivamente.
Todos los sistemas nuevos, necesitan ser analizados con detenimiento antes de su implementación, sencillamente porque hay que hacer las cosas bien, y los primeros interesados en que se hagan con la calidad y exigencia necesaria, somos los mediadores. Porque queremos dar la talla demandada por el momento social actual, y deseamos ser una opción futura.
Estamos dispuestos a pasar los filtros necesarios para demostrar la capacidad necesaria para mediar en asuntos intrajudiciales, pero no por ello que se dilate en el tiempo y se entretenga a los candidatos con el fin de que se aburran y desistan.
Se habla por fin “seriamente” de la mediación como una opción nueva para aliviar los atascos judiciales y aunque hay voces a favor y otras en contra, algunas por desconocimiento y otras por temor a lo nuevo y su repercusión futura, la mediación viene a quedarse.
Por todo ello, somos conscientes y estamos dispuestos a pasar por aquellos controles de calidad, que el Consejo General del Poder Judicial considere razonablemente necesarios, y valore la mediación intrajudicial como se merece. Para ello, debe finalizar ese “voluntariado sine die” de los juzgados, “gratuito” y sin los medios necesarios, que provocan una imagen de “justicia de segunda categoría”, a los usuarios de este servicio.
Flaco favor hace esa imagen a los juzgados y a la Justicia en general, pareciendo que están introduciendo un sistema “light” de resolución de conflictos.
Por Carmen Cobos Martínez.
Abogada y Mediadora.