“Son las 16 horas de una tarde de julio, en la que muchos ya están pensando en sus vacaciones, mientras tanto yo estoy entusiasmada y algo nerviosa porque ha llegado por fin el día en el que puedo poner en práctica mis conocimientos en mediación. Es la hora, recibo a las partes y tras la presentación pongo todos mis conocimientos sobre la mesa, les informo de los principios que rigen la mediación y de lo que se pretende con ella. Les expongo que los dos son protagonistas al mismo nivel y que son ellos los que van a encontrar una solución a su conflicto”.
Con estas palabras comenzaba su discurso Catalina Alcazar Soto, miembro de la junta de gobierno del Ilustre Colegio de la Abogacía Alicantina, abogada y sobre todo en esta ocasión mediadora.
Le correspondió el honor de ser la que representara a todos los mediadores que llenábamos el salón de actos del Ilustre Colegio de la Abogacía Alicantina, en el reconocimiento que se nos efectuó en el día de ayer por nuestro trabajo. Catalina Alcazar fue la elegida, no por su posición de miembro de la Junta de Gobierno, sino porque por estricto orden alfabético fue la compañera a la que le correspondió la primera «guardia» de mediación.
El servicio se creó un 8 de julio de 2010 gracias al apoyo de la entonces, Junta de Gobierno, la judicatura, y como no, a la pasión y entrega de los compañeros que entonces acabábamos de formarnos en la primera promoción del Experto en Mediación Familiar que se impartió en el Icali, en colaboración con la Universidad de Alicante.
Desde entonces han pasado casi 10 años en los que distintos compañeros han pasado por el servicio, más de 140, en éste ya largo recorrido. En la actualidad, somos poco más de 80 los que aun seguimos prestando el servicio, algunos desde el principio, como la que suscribe, otros se incorporaron más tarde, todos con la misma entrega o pasión.
«Casi diez años que aunque muchos crean que no hemos avanzado, nos hemos hecho visibles y hemos trabajado mucho, no, muchísimo»
Hoy leía a un compañero en redes sociales que seguía utilizando el tan manido argumento de que “los abogados mediamos ya en nuestros despachos”. Un atisbo de tristeza a nublado brevemente mi mente, y no he podido, o no he querido, dejar de mostrar mi opinión en redes sociales. Se que nos queda aún mucho camino, aunque también sé que muchos de nosotros formamos una gran familia dispuestos a seguir trabajando por que no solo la ciudadanía si no el resto de la abogacía entienda que somos colaboradores necesarios y no enemigos, y aunque suene poco pacificador, estamos condenados a entendernos.
Felicidades a todos los mediadores, recordar que nuestra receta tiene mucho de trabajo constante, y de mucha pasión y entrega.
________________________________________________________________________
María Dolores Hernández Guitiérrez
Abogada, Mediadora y facilitadora en prácticas restaurativas y experta en programación neurolingüística. Experta en coordinación de parentalidad por la Udima y Escuela Española de Mediación. En su pasión por la mediación ha dedicado parte de su tiempo a la formación, dando clases en distintos colegios profesionales (abogados, médicos, arquitectos técnicos, gestores administrativos), y en la escuela de negocio de la UA. Miembro de la comisión ejecutiva de la sección de mediación, y miembro de la sección ejecutiva de la sección de familia del Icali.